15 agosto 2008

Susan Sontag "Sobre la Fotografía" - "On Photography"


¿Hasta qué punto puede mentir una cámara?

«Aprendemos a vernos fotográficamente», nos dice Susan Sontag en la obra que le dio fama mundial. La cámara ha tenido una importancia trascendental en la relación del hombre contemporáneo con la realidad y consigo mismo. El vivaz acercamiento de la autora a este apasionante tema incluye perspectivas que nos llevan de Platón a Melville, de la historia de la pintura a la del cine, pasando por la literatura, la publicidad o la sociología. Sobre la fotografía es el libro más emblemático de una escritora que se ha caracterizado siempre por el compromiso con lo más candente de su tiempo. La prosa magnética, la riqueza de puntos de vista, y una inteligencia que brilla en cada párrafo y despierta interesantes preguntas, son sólo algunos de los alicientes que encontrará el lector en este libro.
Durante toda su vida, Susan Sontag ha tenido una fructífera obsesión con la fotografía. Las siguientes disertaciones sobre el tema, nos podrían servir a modo de resumen del libro:


-Las fotografías, son un modo de certificar la experiencia, también son un modo de rechazarla: al limitar la experiencia a una búsqueda de lo fotogénico, al convertir la experiencia en una imagen, un souvenir.

-El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotografías. La actividad misma de fotografiar es tranquilizadora, y atempera esa desazón general que se suele agudizar en los viajes. La mayoría de los turistas se sienten constreñidos a poner la cámara entre ellos y cualquier cosa notable que encuentren. Al no saber como reaccionar, fotografían. Así la experiencia cobra forma: ¡alto!, una fotografía, ¡adelante! El método seduce especialmente a gentes sometidas a una ética laboral implacable: alemanes, japoneses y norteamericanos. La utilización de una cámara aplaca la ansiedad que sufren los obsesionados por el trabajo por no trabajar cuando están de vacaciones y presuntamente divirtiéndose. Cuentan con una tarea que parece amigable imitación del trabajo: tomar fotografías. Los pueblos despojados de su pasado parecen los entusiastas más fervientes de la fotografía, en su país y en el exterior

-La fotografía es, antes que nada una manera de mirar. No es la mirada misma.

-Es la manera ineludiblemente “moderna” de mirar: predispuesta a favor de los proyectos de descubrimiento e innovación.

-Esta manera de mirar que tiene ya una dilatada historia, conforma lo que buscamos y estamos habituados a notar en las fotografías.

-La manera de mirar moderna es ver fragmentos. Se tiene la impresión de que la realidad es en esencia ilimitada y el conocimiento no tiene fin. De ello se sigue que todos los límites, todas las ideas unificadoras han de ser engañosas, demagógicas, en el mejor de los casos provisionales, casi siempre, y a la larga, falsas. Mirar la realidad a la luz de determinadas ideas unificadoras tiene la ventaja innegable de dar contorno y forma a nuestras vivencias. Pero también (así nos instruye la manera de mirar moderna) niega la diversidad y la complejidad infinitas de lo real. Por lo tanto reprime nuestra energía, nuestro derecho, en efecto, a refundar lo que deseamos refundar: nuestra sociedad o nosotros mismos. Lo que libera, se nos dice, es notar cada vez más cosas.

-En una sociedad moderna las imágenes realizadas por las cámaras son la entrada principal a realidades de las que no tenemos vivencia directa. Y se espera que recibamos y registremos una cantidad ilimitada de imágenes acerca de lo que no vivimos directamente. La cámara define lo que permitimos que sea “real”, y sin cesar ensancha los limites de lo real. Se admira a los fotógrafos sobre todo si revelan verdades ocultas de sí mismos o conflictos sociales no cubiertos del todo en sociedades próximas y distantes de donde viene el espectador.

-En la manera de conocer moderna, debe haber imágenes para que algo se convierta en “real”. Las fotografías identifican acontecimientos. Las fotografías les confieren importancia a los acontecimientos y los vuelven memorables. Para que una guerra, una atrocidad, una epidemia o un denominado desastre natural sean tema de interés más amplio, han de llegar a la gente por medio de los diversos sistemas (de la televisión e Internet a los periódicos y revistas) que difunden las imágenes fotográficas entre millones de personas.

-En la manera de mirar moderna, la realidad es sobre todo apariencia, la cual resulta siempre cambiante. Una fotografía registra lo aparente. El registro de la fotografía es el registro del cambio, de la destrucción del pasado. Puesto que somos modernos (y si tenemos la costumbre de ver fotografías somos, por definición, modernos), sabemos que las identidades son construcciones. La única realidad irrefutable (y nuestro mejor indicio de identidad) es cómo aparece la gente.

-Una fotografía es un fragmento, un vislumbre. Acopiamos vislumbres, fragmentos. Todos almacenamos mentalmente, cientos de imágenes fotográficas, dispuestas para la recuperación instantánea. Todas las fotografías son detalles. Por lo tanto, las fotografías se parecen a la vida. Ser moderno es vivir hechizado por la salvaje autonomía del detalle.

-Conocer es, sobre todo, reconocer. El reconocimiento es la modalidad del conocimiento que ahora se identifica con el arte. Las fotografías de las crueldades e injusticias terribles que afligen a la mayoría de las personas en el mundo parecen decirnos (a nosotros, que somos privilegiados y estamos más o menos a salvo) que deberíamos sublevarnos, que deberíamos desear que algo se hiciera para evitar esos horrores. Hay además, otras fotografías que parecen reclamar un tipo de atención distinto. Para este conjunto de obras en curso, la fotografía no es una suerte de agitación social o moral, cuya meta sea incitar a que sintamos algo y actuemos, sino una empresa de notación. Observamos, tomamos nota, reconocemos. Esta es una manera más fría de mirar. La manera de mirar es lo que identificamos como arte.

-La obra de los mejores fotógrafos comprometidos socialmente es a menudo condenada si se parece demasiado al arte. Y a la fotografía tenida por arte se le puede condenar de modo paralelo, marchita la emoción que nos llevaría a preocuparnos. Nos muestra acontecimientos y circunstancias que acaso deploremos y nos pide que mantengamos distancia. Nos puede mostrar algo en verdad horripilante y ser una prueba de los que es capaz de tolerar nuestra mirada y que se supone que debemos aceptar. O a menudo simplemente nos invita ( y esto es cierto en casi toda la fotografía contemporánea más brillante) a fijar la vista en la banalidad. Fijar la vista en la banalidad y también paladearla, recurriendo precisamente a los mismos hábitos de la ironía que se afirman mediante la surrealista yuxtaposición de consabidas fotografías en las exposiciones y libros más refinados.

-La fotografía (insuperable modalidad de viaje, del turismo) es el principal medio moderno de ampliación del mundo. En cuanto rama del arte, la empresa fotográfica que hace más amplio el mundo tiende a especializarse en temas al parecer provocadores, transgresores. La fotografía puede esta diciéndonos: esto también existe. Y eso. Y aquello. (Y todo es “humano”). Pero ¿qué hemos de hacer con este conocimiento, si acaso es un conocimiento, digamos, del ser, de la anormalidad, de mundos marginados, clandestinos?

-Llámese conocimiento, llámese reconocimiento, de algo podemos estar seguros acerca de esta modalidad, singularmente moderna, de toda vivencia: la mirada, y el acopio de los fragmentos de la mirada, nunca pueden completarse.

-No hay fotografía definitiva.

To what extent can a camera lie?

"We learn to see us photographically," says Susan Sontag in the play that gave him worldwide fame. The camera has had a transcendental importance in contemporary man's relationship with reality and with himself. The lively approach to the author of this fascinating topic includes perspectives that lead us to Platon to Melville, the history of painting to the cinema, through literature, advertising or sociology. On the photo book is the most emblematic of a writer who has always characterized by a commitment to the most burning of his time. The magnetic prose, the richness of views, and an intelligence which shines in every paragraph and awakens interesting questions are just some of the inducements that the reader will find in this book.

Throughout his life, Susan Sontag has had a fruitful obsession with photography. The following presentations on the subject, we could serve as a summary of the book:

-The photographs are a way of certifying experience, are also a way to reject it: by limiting the experience to a search for the photogenic, by converting experience into an image, a souvenir.

-The trip becomes a strategy for accumulating photographs. The activity itself is reassuring to photograph, and tempered the general unease that is often escalate into travel. Most tourists feel constrained to put the camera between them and find anything remarkable. By not know how to react, photography. This experience takes shape: high!, A photograph, forward! The method seduces especially people subjected to a relentless work ethic: German, Japanese and Americans. Using a camera decreases anxiety experienced by obsessed by work for not working when they are on vacation and allegedly having fun. They have a task that seems friendly imitation of work: taking pictures. The people stripped of their past seem more ardent enthusiasts of photography, at home and abroad.

-The photography is first and foremost a way of looking.

-This is not the same look. It is inevitably how "modern" look: predisposed in favour of the draft discovery and innovation.

-This way of looking at that already has a long history, makes up what we want and are accustomed to notice in the photographs.

-The modern way of looking is to see fragments. One has the impression that reality is essentially unlimited and knowledge has no end. It follows that all limits, all ideas must be unifying misleading, demagogic, at best tentative, almost always, and eventually, false. Look reality in the light of certain unifying ideas has the undeniable advantage of giving shape and form to our experiences. But also (and instructs us how to look modern) denies the infinite diversity and complexity of reality. We therefore represses our energy, our right, indeed, what we want to re-re: our society or ourselves. What releases, we are told, is increasingly notice things.

-In a modern society images taken by cameras are the main entrance to the realities that we have no direct experience. And it is expected to receive and record an unlimited number of pictures about what we do not live directly. The camera allowed to define what is "real" and relentlessly expanding the boundaries of reality. It admires photographers especially if reveal hidden truths about themselves or social conflict does not fall entirely on companies coming and distant from where comes the viewer.

-In the modern way of knowing, there must be something images to become "real". Photographs identified events. Photographs confers importance to the events and make them memorable. For a war, an atrocity, an epidemic or a natural disaster are called issue of broader interest, must reach the people through the various systems (from television and the Internet to newspapers and magazines) that broadcast images Photographic among millions of people.

-In the modern way to look, the reality is especially appearance, which is always changing. A photograph recorded as apparent. The registration of photography is to register the change, the destruction of the past. Since we are modern (and if we have the habit of seeing photographs are, by definition, modern), we know that identities are constructions. The only indisputable reality (and our best indication of identity) is how people appear.

-A photograph is a fragment, a glimpse. Collection glimpse fragments. All mentally store hundreds of photographic images, ready for instant retrieval. All photos are details. Therefore, the photographs resemble life. Being modern life is haunted by the savage autonomy detail.

-Knowing is, above all, recognize. The recognition is the modality of knowledge that now is identified with art. The pictures of the terrible cruelties and injustices afflicting most people in the world seem to tell us (to us, we are privileged and we are more or less safe) that we should revolt, we should wish that something be done to avoid such horrors. There are also other photographs that appear to claim a different kind of attention. For this set of works in progress, photography is not a kind of moral or social unrest, whose goal is to incite something we feel and act, but a company notation. We note, we note, we recognize. This is one way to look cooler. The way to look at is what we identify as art.

-The work of the best photographers committed socially is often doomed if it seems too art. And the photograph taken by art can be condemned in parallel, withers emotion that would lead us to worry. It shows events and circumstances that we deplore and asks us to keep away. We can show something truly horrifying and be a test which is able to tolerate our eyes and we are supposed to accept. Or often simply invites us (and this is true in almost all contemporary photography brighter) to fix the hearing in banality. Set a hearing at the banality and palate, using precisely the same habits that are affirm irony through the surreal juxtaposition of photographs known in the exhibitions and books more refined.

-The photograph (insurmountable mode of travel, tourism) is the principal means of expanding the modern world. As branch of art, photography company that makes the wider world tends to specialise in subjects appeared to provocateurs, transgressors. The photograph can this telling us: this also exists. And that. And that. (And everything is "human"). But what we do with this knowledge, if anything is a knowledge, say, of being, the abnormality of marginalized worlds, clandestine?

-Namely knowledge, namely recognition of something we can be sure about this modality, uniquely modern experience of all: the eyes, and collects the fragments of an eye, can never be completed.

-There is no definitive picture.

4 comentarios:

Orla Publicidad dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Orla Publicidad dijo...

Muy bueno tu post.
Yo creo que la fotografía, es una manera de sentir con la mirada
Es una manera de volcar nuestra percepción ya fragmentada de una manera única en nuestro interior. Y como cualquier obra de arte, el cuadro fotográfico se resemantizará y se combinará con cada material interno del que ve.
Ya sé que no soy Susan Sontag, pero bue' yo lo siento así.

Fernando Phinteño dijo...

"No hay fotografía definitiva". Esa frase lo resume todo o casi.

Y es que yo también tengo siempre muy presente este pensamiento cuando hago fotografías. Sé que nunca seré capaz de obtener la foto definitiva. De que jamás obtendré el fragmento que lo sea todo. Aquella que logre aglutinar toda la realidad del momento.

Para intentar remediarlo solo me queda una última opción. Cuando apago mi cámara y paso a la la post-producción. En ella trato de ser lo más capaz para saber elegir cuál de las instantáneas tomadas será la que se encontrará más cerca de los sentimientos comunes entendidos por todos. Donde las subjetividades de cada sentir único se toquen más con las del resto de la gente. Un IMPOSIBLE, lo sé. ¿Pero que más se puedo hacer?

Y es que contar la auténtica verdad es una empresa 99,99% abocada al fracaso, ya que cada medio de comunicación, siempre nos impondrá sin piedad sus particulares condiciones de subjetividad todas las veces. Y eso sin contar en sumarle el medio más subjetivo que existe detrás de todos ellos. El ser humano.


Saludos.

Anónimo dijo...

Susan Sontag is a woman! Isn't this obvious? Why is she being referred to as a "he"? Some editing would be in place...

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